RENDIR CUENTAS.

Romanos 14.18: Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. Rendir cuentas; cosa que no nos gusta. Mucho menos si alguien las pide sin que tengamos deseos de darlas. Y para no pocos resulta impopular mirarnos en el final de nuestra vida dando cuentas al Eterno. Es inevitable. Lo creamos o no; las daremos. Lo aceptemos o no; las daremos. Y si simplemente vives abierto a la posibilidad de que no habrá nadie, al final, para darlas, podrías toparte con la inmensa posibilidad de que sí haya que darlas, y Alguien que las pida. Entonces, podrías tener que rendir cuentas sobre conductas de vida que bien pudiste evitar, sin tan solo hubieras vivido consciente de que tendrías que dar cuenta de ellas. Pero aquí estamos, en este escenario nuestro, juzgando la vida de otros; calificándola o sopesándola. Listos para condenar la debilidad ajena. Asiduos al menosprecio. Nos aferramos a criterios propios que parecen divinizados. No obstante, el rótulo del camino no cambia: “Tendrás que dar cuenta a Dios de ti mismo”. Vive, entonces, rindiendo cuenta a Él, día a día, ¡te hará más humilde! Que tengan un lindo día... Pastor Víctor & Carolina Amador